Samuel era solo un niño cuando Dios comenzó a hablarle con una voz audible (1
Samuel 3). Y el
primer mensaje que recibió era uno difícil de dar. Dios le dijo al niño Samuel
que debía decirle al anciano sacerdote Elí (su guardián) que Dios iba a juzgar
a Elí porque sus hijos blasfemaron a Dios y él fracasó en refrenarlos.
Samuel tenía miedo de dar este mensaje, pero lo hizo de todas formas (v.15-18). Un
poco después, los hijos de Elí fueron asesinados en batalla y Elí se cayó y se
quebró el cuello (1
Samuel 4).
Este primer mensaje fue representativo de muchos otros mensajes que Samuel tuvo
que dar de parte de Dios a lo largo de toda su vida. No fue tarea fácil para
Samuel porque los mensajes que Dios le daba eran desagradables, no populares y
generalmente ignorados.
Pero Samuel tenía un corazón de profeta. Él no solo transmitía verdades duras,
él oraba y sufría por sus compatriotas desobedientes.
Por ejemplo, cuando el rey Saúl se burló de los mandamientos de Dios, Samuel anunció
un juicio final contra Saúl (1
Samuel 15:22-23), pero Samuel se entristeció por Saúl el resto de su vida (15:35).
Si Dios te pide que compartas verdades duras, compártelas como Samuel, con
valentía y exactitud pero con compasión y dolor por los desobedientes.
Si te sientes ofendido por verdades duras, arrepiéntete. Ellas son advertencies
amorosas de Dios.
Inglés: A Little Boy: A Difficult Task
Traducido por: Silvia Naviliat
No comments:
Post a Comment