Recientemente oí a un grupo de cristianos explicando que la vergüenza nunca es una parte saludable del cristianismo. Decían que Jesús siempre ofreció gracia, nunca avergonzó a nadie, y que los cristianos deberían hacer lo mismo.
Es cierto que hay tipos inapropiados de vergüenza, pero avergonzarnos de nuestros pecados es algo bueno, no malo.
Contrariamente a algunas falsas enseñanzas populares:
1. Jesús fue odiado porque Él exponía el pecado de la gente (Juan 7:7; Juan 3:19-20, Juan 15:18).
Él nos ama y quiere que entendamos la seriedad de nuestros pecados.
2. Jesús no sólo reprendió a los fariseos.
Es común decir que Jesús sólo reprendió a las personas que se creían justas. Pero cualquiera que excuse, minimice o redefina sus pecados se está creyendo justo y llamando a Dios mentiroso (1 Juan1:8-10).
3. Jesús juzgó y advirtió a la mujer adúltera.
Las personas a menudo usan Juan 8:1-11 para decir que Cristo nunca juzga a nadie. Incorrecto. Jesús no “condenó” a la mujer adúltera a la muerte, sino que la amó lo suficiente como para advertirle públicamente que se arrepintiera de su estilo de vida (Juan 8:11).(1)
4. La vergüenza es una respuesta inapropiada hacia el pecado.
Pablo instó a los corintios a que tuvieran "tristeza que es según Dios" (2 Corintios 7:8-12). Santiago 4:8-10 nos dice “laméntense” por sus pecados y humíllense delante del Señor. De hecho, cuando alguien "cauteriza" su conciencia, pierde toda vergüenza (Efesios 4:19).
5. A los cristianos se nos manda a que expongan el pecado con gracia (Gálatas 6:1; Efesios 5:11-12; 2 Timoteo 4:2).
Cristo está ansioso por perdonar, pero no podemos entender Su gracia hasta que reconocemos nuestros pecados y nos arrepentimos.
(1) Los hombres que trajeron a la mujer a Jesús querían que la condenara a morir apedreada. Él se rehusó a hacerlo. Él juzgó a los hombres, pero también juzgó y advirtió a la mujer.
Inglés: Shame leads to grace
Traducido por: Silvia Naviliat
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