En Romanos 1:16-17 Pablo nos desafía a no avergonzarnos del evangelio que nos salva y
nos amolda a la justicia de Dios.
Luego Pablo explica
la ira de Dios:
“ Ciertamente, la ira de
Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. Me
explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues
él mismo se lo ha revelado. Porque desde la creación
del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su
naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo
que nadie tiene excusa. A pesar de haber conocido
a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se
extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato
corazón.” Romanos 1:16-21
Las personas
que rechazan a Dios no tienen excusa. El carácter de Dios es evidente en
la creación y evidente en la conciencia que nos ha dado Dios (lee Romanos 2:14-15).(1)
Me gusta el
“juego de palabras” en el versículo 20. Lo "invisible" (la naturaleza
divina de Dios) ,“se ve” claramente. Puede que no veamos a Dios cara a cara,
pero vemos las “huellas” de Sus manos en todos lados.
Si reprimimos
estas verdades sobre Dios, Satanás nos enceguece y rechazamos a Dios como el
Creador. Y también rechazamos el diseño de Dios para la creación (2 Pedro 3:3-7; 2 Corintios 4:4).
Estoy tan
contenta de que las “cualidades invisibles” de Dios me hayan guiado hasta el
Señor porque ¡no me avergüenzo del
evangelio!
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(1) Aun
los gentiles que no fueron criados en las leyes de Dios “muestran que llevan escrito en el corazón lo que
la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos
algunas veces los acusan y otras veces los excusan.” (Romanos 2:15).
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