En Romanos 1:16-17 Pablo nos desafía a no avergonzarnos del evangelio.* Y
también nos da una concreta pero poderosa descripción del evangelio:
" A la verdad, no me
avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los
que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De
hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la
cual es por fe de principio a fin, tal como está
escrito: «El justo vivirá por la fe».” Pablo está a punto de los actos
injustos de aquellos que rechazan a Dios, y quiere contrastarlos con la
justicia de Dios y Sus verdaderos seguidores.
No somos
salvos porque seamos justos. Pero cuando somos salvados, comenzamos a rechazar
nuestros deseos impíos y a transformar nuestros corazones y mentes con la
justicia de Dios (Efesios 4:17-24). Lo más importante es que dejamos que Dios defina qué es lo que está
bien y qué es lo que está mal. No nos amoldamos a las opiniones siempre
cambiantes de nuestra cultura.
Romanos 1:16-32 habla de las culturas pecadoras que rodean a la iglesia primitiva,
y nada ha cambiado. Los mismos pecados que destruían sus almas están
destruyendo almas hoy. Y el mismo Salvador que salvó sus almas sigue salvando
almas hoy (Hebreos 13:8)!
¡No me avergüenzo del evangelio!
Continuaremos
nuestro estudio de Romanos 1:16-32 en los siguientes devocionales.
Inglés:The Concise Description of the Gospel in Romans 1
Traducido por: Silvia Naviliat
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