¿Alguna vez te has encontrado con un “provocador de internet”? Estos
provocadores intencionalmente escriben repetidos comentarios que son
antipáticos, arrogantes, acusadores, y a veces blasfemos.(1)
Enseguida te das cuenta que
no están interesados en una discusión abierta. Simplemente
quieren acusar, burlarse, y discrepar.
Los sicólogos
tienen diferentes opiniones sobre la causa de esta conducta, pero concuerdan en
que estos provocadores son personas aburridas y enojadas que sienten un placer
enfermizo y un sentimiento de poder cuando dejan repetidamente comentarios
antipáticos.
Son como los
tontos que se mencionan en Proverbios 26:4 a los
que no se les debería responder.(2)
La mayoría de los cristianos son sabios al discrepar y lo hacen con gracia, pero es fácil caer en malos hábitos si no somos cuidadosos. Esto sucede cuando nos enfocamos más en doctrinas denominacionales no esenciales que en Cristo. Sucede cuando comentamos antes de comprender que es lo que se está diciendo o escribiendo (Proverbios 18:13). Y sucede si comenzamos a atacar a aquellos que discrepan en vez de atenerse al tema.
Los sicólogos
tal vez no entiendan completamente la conducta de estos provocadores, pero Dios
explica la verdadera razón de las groserías de cualquier tipo:
“De la abundancia del
corazón habla la boca. El que
es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es
malo, de su maldad saca el mal.” Mateo 12:34-35
Pensemos en
este pasaje cada vez que hablemos, especialmente cuando discrepemos con
alguien.
(1) En inglés se los denomina "trolls" y la definición sería: "aquellos que fastidian a otros en línea, poniendo deliberadamente comentarios difamadores, irrelevantes, ofensivos u otros contenidos destructivos.
💙💙💙💙💙💙
Inglés: Dear Christians, don't turn into a "troll"
Traducido por: Silvia Naviliat
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