Mientras Gail se
recupera de su prótesis de cadera, algunos de sus amigos estarán compartiendo
varias veces por semana. El posteo de hoy es de Lori Hatcher.*
“ Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y
oren unos por otros.” Santiago 5:16
Sandy llamó a una amiga para confesarle algo que había hecho cuarenta años
antes. Luego le pidió perdón. “Yo quería tener una conciencia limpia
el día cuando vea a Jesús cara a cara” dijo Sandy. Gracias a Dios, su amiga ama
a Jesús también. Ella perdonó a Sandy como Jesús la había perdonado a ella. Hoy su amistad es más cercana que nunca antes.
Tener
una relación comprometida con Jesús a menudo require confesarle nuestros
pecados a Él y pedir perdón. Cuando lo hacemos, somos libres para disfrutar una
comunión sin obstáculos con Él. Mantener las cuentas claras con las personas en
nuestras vidas también afecta positivamente nuestras relaciones humanas.
Ya sea que estemos cultivando una dulce relación con Dios o con otros, la
confesión y el perdón siempre deberían ser parte de nuestra interacción.
Tristemente, las personas no siempre dan el perdón en la forma que con tanta
gracia lo hizo la amiga de Sandy, pero eso no nos absuelve de nuestra
responsabilidad de buscarlo. Romanos
12:17-18 dice:
“No
paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en
cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.”
Gracias a Dios, Él siempre nos perdona. 1
Juan 1:9 nos
recuerda: “Si confesamos nuestros
pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda
maldad.”
Con la ayuda de Dios, seamos rápidos para confesar y pedir perdón, a Dios y a
los demás.
Inglés: The Beauty of Confession and Forgiveness
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