Cuando una nación rechaza a Dios, algunos cristianos profesantes aceptan valores culturales mientras mantienen una “apariencia de piedad” (2 Timoteo 3:1-5).
Un ejemplo es el número cada vez mayor de “cristianos” que descuidan o
rechazan a sus padres. Algunos de estos adultos simplemente están ignorando los
mandamientos de Dios porque son egoístas y desconsiderados. Otros están
fabricando razones “bíblicas” para marginar a sus padres. Esta es una de las
razones por las que las enseñanzas como las de los límites se ha vuelto tan
popular. (1)
Si haces una búsqueda en Google sobre adultos que descuidan o rechazan a
sus padres, encontrarás que la mayoría de los artículos culpan a los padres.
Esto significa que la mayoría de los adultos jóvenes son maduros y abnegados y
la mayoría de los adultos mayores no lo son. Por supuesto, esto no es verdad.
Yo lo llamo “el evangelio según Absalón” porque Absalón es un ejemplo muy claro de esta actitud (2 Samuel 13-19). Él
puede haber tenido algunas razones para estar decepcionado por la conducta de
su padre, pero pensaba que él tenía el derecho de deshonrar y castigar a su
padre, el Rey David.
Si no estamos honrando a nuestros padres, no estamos honrando a Dios. Es
una prueba muy básica de fe. Tristemente, estamos escuchando muy poco de parte
de la iglesia sobre este problema, que se describe brevemente en Proverbios 30:11-14 y
se trata claramente en Efesios 6:2-3, 1 Timoteo 5:4, y Mateo 15:3-9.
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