A veces las personas comparten a Cristo con un guión preparado, y eso
usualmente lleva a una conversación incómoda y no natural. Raramente es
efectiva.
No me malinterpretes. Debemos estar preparados para compartir de Cristo con precisión. Y hay
algunas raras situaciones donde el Espíritu de Dios nos impulsa a compartir de
Cristo rápida y sucintamente.
Pero más
frecuentemente, el Señor nos guía a compartir Su maravilloso plan de salvación
como ofrecemos un vaso de agua a un amigo sediento. Y el primer paso en este
proceso es hacer preguntas sinceras para averiguar porqué el alma de la persona
está sedienta.
La persona
que culpa a Dios por la muerte prematura de su madre… la persona criada en una
secta…la persona que está a punto de tomar una decisión por Cristo…cada una de
esas personas tienen diferentes tipos de sed. Todos ellos necesitan al Señor, pero
nuestra manera de abordarlos debe ser diferente para cada uno.
Por eso es
que hacer preguntas es el primer paso para compartir de Cristo efectivamente.
1 Pedro 3:15 nos dice que estemos
preparados para explicar nuestra fe con mansedumbre y respeto. Colosenses 4:6 nos
dice que expliquemos las verdades de Dios con gracia.
Mientras que estos pasajes no nos dicen específicamente
que hagamos preguntas, sabemos que entender el trasfondo de las personas nos
ayuda a hablar sabiamente, con gracia, y respetuosamente, ofreciendo agua a sus
almas sedientas.
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