Cuando Dios nos perdona, eso significa que no sufrimos las consecuencias de nuestros pecados, ¿correcto?
Sí y no.
No
sufrimos la condenación, la separación eternal de Dios (Romanos
6:23; Romanos
8:1).
Pero
la Escritura nos dice tres cosas importantes sobre las consecuencias
terrenales:
1. El pecado, por su misma naturaleza, tiene consecuencias (Gálatas
6:7-8).
2. Dios, como Padre amoroso, también castiga, disciplina y entrena a aquellos
que Él ama (Hebreos
12:5-11; Apocalipsis
3:19).
3. Sufrimos peores consecuencias cuando pecamos comprendiendo completamente lo
que estamos haciendo (Lucas
12:47-48).
La Escritura también nos dice tres cosas
importantes sobre nuestra respuesta al pecado:
1. Cuando amamos verdaderamente a Jesús, queremos obedecer Sus mandamientos (Juan
14:23-24).
2. Cuando fallamos, lamentamos nuestros pecados y nos
arrepentimos (1
Juan 1:8-10).
3.
Nuestro arrepentimiento es más que palabras. Hacemos esfuerzos deliberados para
cambiar (Filipenses
2:12-13).
Puede
que no podamos reparar todo el daño terrenal que causamos cuando ignoramos los
mandamientos de Dios, pero el arrepentimiento sincero restaura completamente
nuestra relación con Dios.
Y tenemos gran consuelo al saber que un día viviremos libres del pecado y sus
consecuencias en la eternidad. ¡Aleluya!
Inglés: Consequences and Attitudes Toward Sin
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