En 1 Corintios 5,
Pablo reprende a la iglesia de Corinto por no confrontar a los miembros de la
iglesia involucrados en pecados sexuales.
Él explica que este pecado es como la pequeña levadura
que se desparrama por toda la masa y que los cristianos no debemos asociarnos
con nadie que se diga hermano o hermana pero sea sexualmente inmoral o
codicioso, idólatra, holgazán, borracho o estafador.
Tristemente, la levadura del pecado está afectando el
ministerio de muchas Iglesias modernas, y estamos más aptos para escuchar
lecciones sobre consolar a los pecadores que sobre confrontarlos.
Dios espera que interactuemos con personas mundanas,
pero no personas mundanas que profesan ser cristianas. Si no confrontamos a
tales personas, nuestra iglesia entera será teñida por la levadura del pecado.
Es importante tener una actitud y propósito apropiados
cuando confrontamos a las personas (Gálatas
6:1; Santiago
5:19-20),
pero la confrontación no se supone que sea cómoda para el pecador. Ella
reprende y restaura al creyente que está en pecado o identifica al creyente
falso. (1 Juan 3:6).
Tristemente, algunas iglesias son más propensas a
escudriñar y criticar a la persona que confronta a un pecador que a escudriñar
o criticar al pecador.
Me pregunto si la iglesia moderna hubiera reprendido a
Natán por la forma en que confrontó a David y hubiera criticado a Pablo por la
forma en que confrontó a Pedro (2
Samuel 12:1-13; Gálatas
2).
Esta falla en dirigirnos al pecado significa que
muchas de nuestras iglesias están sirviendo panecillos dulces en vez del Pan de
Vida (Juan
6:35).
Oremos para que los cristianos veamos el pecado como
Dios lo ve.
Inglés: Is Your Church Serving Up Yeasty Sweet Rolls or The Bread of Life?
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