Moisés se veía a sí mismo como un salvador (Éxodo
2:11-25).
Cuando él estaba viviendo en la casa del Faraón, mató a un egipcio mientras
rescataba a un esclavo hebreo. Esto lo hizo perder su lugar y tuvo que correr
por su vida.
Cuando se escapó a Madián, su primer acto fue rescatar a las hijas de Reuel (incluyendo a su futura esposa Séfora)
de los pastores que las acosaban.
Pero los años que siguieron cambiaron a Moisés. Él perdió la confianza en sí mismo.
Por
favor fíjate que Dios no usó al Moisés joven y confiado, nieto adoptado del
Faraón, aunque era intrépido y seguro de sí mismo, teniendo posición, poder e
influencia.
Dios esperó para usar al Moisés pastor y más viejo.
Cuando Dios le habló a Moisés en la zarza ardiendo,
este Moisés más viejo se sentía como un nadie, no como un salvador. El Señor lo
reprendió por sus excusas, pero no porque quería que Moisés comenzara a confiar
en su poder humano, sabiduría y fuerza otra vez. En vez de eso, Dios quería que
él confiara en Su divino poder, sabiduría y fuerza (Éxodo
4:1-17).
Normalmente elegimos líderes con confianza y alta autoestima. Pero Dios elige
líderes que lo estimen a Él y pongan su confianza en Él. Y Moisés es un ejemplo
excelente.
Entonces escuchemos cuidadosamente estos mandamientos
bíblicos:
"Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu
propia inteligencia…Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que él los exalte a
su debido tiempo." (Proverbios
3:5, 1
Pedro 5:6).
Inglés: Moses to the Rescue
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