Los cristianos somos fácilmente engañados cuando fallamos en hacer un estudio
personal de la Biblia.
No podemos
permitir que otros piensen por nosotros. Debemos ser como los de Berea en Hechos
17:10-12, juzgando
los sermones y los estudios bíblicos a la luz de la perfecta Palabra de Dios:
“Las palabras del Señor son puras, son como
la plata refinada, siete veces purificada en el (Salmo
12:6).
Las
enseñanzas falsas pueden ser especialmente difícil de discernir cuando se
mezclan con la verdad. Pero así como la Palabra de Dios juzga nuestros
pensamientos y actitudes, nos puede ayudar a separar la verdad del error en
sermones y estudios bíblicos:
“Sin duda, la palabra de
Dios es viva, eficaz y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra
hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los
huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos
4:12).
Necesitamos
desesperadamente que la Palabra de Dios le dé forma a nuestras vidas, nos
equipe para el ministerio y nos ayude a discernir errores:
“Toda la Escritura es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para
instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios
esté enteramente capacitado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17).
Los maestros
de la Biblia y los pastores nos pueden ayudar a entender las verdades bíblicas,
pero no podemos dejar que piensen por nosotros. Debemos poder discernir entre
maestros de la Biblia sólidos y maestros que distorsionan la Palabra de dios
para su beneficio (2
Pedro 3:14-17).
Entonces hagamos lo mejor para presentarnos a Dios como cristianos que
disciernen quién maneja bien la verdad de Dios (2
Timoteo 2:15).
Inglés: Don't Let Others Do Your Thinking for You
No comments:
Post a Comment