En Juan 21, Jesús hace una de sus visitas después de la resurrección en la orilla
donde los discípulos están pescando. Este pasaje nos da gran seguridad sobre el
poder y la maravilla del perdón de Dios.
Durante esta visita, Jesús le
pregunta tres veces a Pedro si lo ama. Los estudiosos creen que Cristo le dio a
Pedro tres oportunidades de afirmar su creencia en Cristo tres veces porque
previamente él lo había negado tres veces (Lucas
22:54-62).
Jesús le estaba asegurando a Pedro que sus pecados pasados no lo descalificaban
de la salvación ni del ministerio.
Por favor, reflexionen en esto,
queridos cristianos. Durante un punto crítico en la historia de la salvación,
mientras Cristo se preparaba para morir por nuestros pecados, Pedro lo
negó…tres veces.
¿Puedes ver lo increíblemente
poderoso fue que Cristo reasegurara a Pedro que ha sido perdonado y calificado
para el ministerio con el pueblo de Dios?
Esto debería reasegurarnos también
a nosotros. Nada en nuestro pasado puede impedir que se cumplan los propósitos
de Dios en nuestras vidas. Esta es nuestra confianza y una confianza que
podemos compartir con otros que están luchando con pecados pasados.
Excusar nuestros pecados nos aleja de conocer y amar a
Cristo, pero “Si confesamos nuestros
pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda
maldad” (1
Juan 1:8-10).
La maravilla y el poder del perdón de Dios está
maravillosamente ilustrado en esta visita de Cristo después de Su resurrección.
Está maravillosamente ilustrado en la vida de pedro…y está maravillosamente
ilustrado en la vida de cada creyente.
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