¿Alguna vez has compartido sobre un evento triste de tu vida y tenías a una
amiga escuchando con lágrimas en los ojos? ¿O has tenido a una amiga sentada contigo
por largo rato mientras le compartías un gran dolor, haciéndote saber que le
importabas y que estaba allí para ti?
Esos momentos son expresiones humanas del consuelo
que tenemos en el compañerismo con Cristo, “que día tras día sobrelleva nuestras cargas.”(Salmo 68:19).
La versión de
la Biblia NTV dice: “¡Alaben al Señor; alaben a Dios nuestro salvador! Pues cada día nos lleva en sus brazos.”
Nuestro Señor
no solo escucha nuestras cargas o lleva una lista de ellas. Él las sobrelleva. Él
se da a sí mismo. Completamente. Voluntariamente. Amorosamente. Diariamente.
Cuando somos
maltratados, Él hace más que compadecerse. A Él le duele. Algunas personas
piensan que Dios no puede sentir dolor, pero eso no es verdad. A Dios le rompe
el corazón ver que las personas eligen caminos malvados. (Génesis 6:6; Efesios 4:30).
Y Jesús no
solo se compadece. Él empatiza con nosotros. Él ha experimentado los peores
tipos de odio, calumnias y persecución. (Hebreos 4:15-16).
Es una
bendición tener un amigo humano que se alegre con nosotros y que sufra con
nosotros (Romanos 12:15). Pero no es nada comparado con el consuelo que encontramos en nuestro
Señor, quien diariamente lleva nuestras cargas.
Inglés: Each Day He Carries Us in His Arms
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