Algunas cosas en el Evangelio no son negociables y son inseparables

 

¿Te avergüenzas?


Algunas cosas no son negociables para los cristianos. Por ejemplo, la devoción hacia la Palabra de Dios:

Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.” ~ Jesús, Marcos 8:38(1) 

Es fácil compartir verdades bíblicas sobre el amor, la paz, el gozo y el consuelo de Dios, pero no es tan fácil compartir Escrituras sobre la negación a uno mismo, el pecado, el infierno, la moralidad sexual, el arrepentimiento y el castigo. 

Pero no podemos adaptar el evangelio para nuestra conveniencia. O lo aceptamos completamente o lo rechazamos completamente. Si creemos en la salvación, tenemos que creer en el infierno. Si creemos en el Espíritu que habita en nosotros, debemos creer en la obediencia a los mandamientos de Dios. Si creemos en el perdón, debemos creer en nuestra necesidad de arrepentirnos. 

Como lo explicó tan maravillosamente el apóstol Pablo: “A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen...” Romanos 1:16

La salvación, la fe y la justicia son inseparables y no negociables.

De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».” Romanos 1:17

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(1) Algunas personas tratan de esquivar algunos mandamientos bíblicos diciendo que no tienen que obedecer mandamientos en la Escritura que fueron escritos por hombres, sino solo aquellos que son palabras textuales de Jesús. Pero eso es imposible porque los hombres registraron las palabras de Cristo. Esta es otra cosa innegociable: o creemos que toda la Escritura es divinamente inspirada, o que ninguna lo es.

Inglés: Some Things in the Gospel are Non-Negotiable and Inseparable

Traducido por: Silvia Naviliat

El Evangelio es todo o nada. Cielo o infierno. Salvación o castigo. Este devocional lo explica.


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