Romanos 8 comienza con una verdad importante:
" Por lo
tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues
por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del
pecado y de la muerte." Romanos 8:1-2
¡Grandioso! Eso
significa que desde que soy Cristiana puedo hacer lo que quiera sin miedo al
castigo o a la crítica. ¿Correcto? Equivocado.
La
condenación es la sentencia final de muerte para los pecadores que no se
arrepienten, y los seguidores de Cristo ya no están bajo esa sentencia de
muerte (Romanos 6:23). En lugar de eso, estamos bajo la ley de Cristo (1 Corintios 9:21), llenos del Espíritu Santo que nos prepara para obedecer (Juan 14:15-17), y apasionados por madurar en nuestra fe (Filipenses 2:12-13).
Ser libres de
condenación nos hace más responsables de nuestra conducta, no menos. ¿Por qué? Porque representamos a Cristo (1 Pedro 2:9), y probamos nuestro amor a Cristo a través de nuestra obediencia a Sus
mandatos (Juan 14:21).
Cuando pecamos:
✔ Nuestros hermanos
creyentes nos confrontan—Mateo 18:15, Gálatas 6:1, Santiago 5:19-20, 1 Corintios 5:12.
✔ Nuestro Padre
Celestial nos disciplina y castiga—Deuteronomio 8:5; Proverbios 3:11-12; Hebreos 12:6.
✔ Nuestro amante
Salvador nos reprende—Apocalipsis 3:19.
✔ Nos
arrepentimos sinceramente—1 Juan 1:8-10.
Romanos 8:1-2 contiene un mensaje maravilloso sobre nuestra liberación de la
sentencia de muerte y nuestra vida nueva que está marcada por la obediencia por
amor a nuestro Señor.
💙💙💙💙💙
Inglés: No Longer Condemned: Motivated by Love
Traducido por: Silvia Naviliat
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