Queridos cristianos, es importante que examinemos cuidadosamente
cualquier tema que se presente a sí mismo como cristiano, asegurándonos de que
sea bíblico (Hechos 17:11). Deberíamos prestar atención a
cuestionamientos legítimos sobre ciertos autores, maestros, libros, películas,
o ministerios.(1)
Judas advierte sobre
maestros falsos que se mezclan entre el pueblo de Dios, y él nos ordena ayudar
a aquellos que son engañados, mostrándoles “misericordia con temor,
aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.” (Judas 1:23)
¿Qué significa odiar la ropa contaminada por su carne?
Las leyes de limpieza del Antiguo Testamento consideraban a una persona
como “inmunda” si tocaban ropa que tuviera restos de moho, fluidos corporales,
o enfermedad (Levítico 13:52; Levítico 15).(2) Judas usa
esa analogía para advertirnos en contra de aceptar cualquier cosa que esté
aunque sea apenas manchada por falsas enseñanzas.
Deberíamos examinar cuidadosamente las vidas, asociaciones, creencias, y
contenido de lo que se presenta como “cristiano” (Mateo 7:15-17; 1 Juan 4:1). Esa es la única manera
de mantener nuestro discernimiento.
Deberíamos preocuparnos cuando libros o películas representan mal el
carácter de Dios o Su Palabra. (The Shack; Boundaries).
No deberíamos intentar combinar el cristianismo con prácticas paganas,
por ejemplo, el yoga.
Si un autor o maestro sostiene creencias falsas, deberíamos tener
especial precaución al usar sus materiales, aun cuando su contenido parezca bíblico.(The Chosen; Jesus Calling).
Muchos cristianos están aceptando, excusando, y defendiendo doctrinas
erróneas, pero las Escrituras dicen: “Salgan de en medio de ellos y
apártense. No
toquen nada impuro, y yo los recibiré.” 2 Corintios 6:17
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(1) Deberíamos sentirnos ofendidos cuando la Palabra de Dios es mal
usada o distorsionada. También cuando el carácter de Dios es mal representado.
Y deberíamos tener mucho cuidado cuando un autor o maestro carece de
discernimiento o dice que son llamados a hablar de parte de Dios. Si rehusamos
examinar objetivamente lo que influencia nuestras vidas, perderemos nuestro
discernimiento.
(2) Estas leyes del Antiguo Testamento enfatizaban nuestra naturaleza
humana pecaminosa, nuestra “inmundicia” que nos separaba de Dios. Cuando Cristo
vino, Él nos hizo “limpios” mediante el derramamiento de Su sangre. Judas usa
esta analogía del Antiguo Testamento de una forma que se aplica a los
cristianos: fuimos limpiados de la corrupción del pecado que nos separaba de
Dios, pero debemos tener cuidado de mantener la salud y pureza de nuestras
creencias. Encontramos
analogías parecidas en 2 Corintios 6:17 y Apocalipsis 3:4.
Traducido por: Silvia Naviliat
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