A veces pensamos que los cristianos positivos y productivos fueron criados en
circunstancias perfectas. Pensamos que nuestras vidas no tan perfectas
justifican nuestra auto compasión y amargura.
Cuando
escribo sobre perdonar a familiares, negarnos a nosotros mismos, y devolver
bien por mal, a veces alguien me escribe y me dice que obviamente no he tenido
que lidiar con relaciones difíciles.
Mis amigos
cercanos saben que he tenido problemas muy desafiantes con personas inmaduras, malas,
desagradecidas, y narcisistas.
Necesitamos
entender que ninguno de nosotros tuvo /tiene circunstancias de vida perfectas. Y
a veces las personas que enfrentaron las peores situaciones se vuelven las más positivas y productivas.
Ellas lo
logran tomando responsabilidad por sus propias decisiones y ofreciendo gracia y
perdón a aquellos que las han ofendido.
Tristemente,
muchos consejeros (incluso consejeros “cristianos”) nos animan a que dejemos
que las circunstancias nos definan y limiten. Pero el evangelio nos dice justo
lo opuesto.
Somos nuevas
criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17), y podemos
confiar en que Dios usa las peores cosas en nuestra vida para nuestro bien (Romanos 8:28).
Amargado o
no. Esclavo o libre. La decisión es nuestra.
💙💙💙💙💙💙💙💙
Seamos alentados por el ejemplo de José (lee Bad Blood).
Inglés: Better or bitter. Slave or free. Your choice.
Traducido por: Silvia Naviliat
No comments:
Post a Comment