Recientemente escuché a alguien expresar una
opinión basada en un proverbio. Desafortunadamente, él usó el proverbio como si
fuera una promesa de Dios.
Yo solía cometer ese mismo error. Es un malentendido común.
Sin embargo, cuando usamos los proverbios como promesas, no estamos usando bien
la Palabra de dios (2 Timoteo 2:15).
El libro de Proverbios es la Palabra de Dios, y explica su propósito en los
versículos 1 al 6 del capítulo 1:
"Proverbios
de Salomón hijo de David, rey de Israel: para adquirir
sabiduría y disciplina; para discernir palabras de inteligencia; para
recibir la corrección que dan la prudencia, la rectitud, la justicia y la
equidad; para infundir sagacidad en los inexpertos, conocimiento y discreción en los
jóvenes. Escuche esto el sabio, y aumente su saber; reciba dirección el entendido, para
discernir el proverbio y la parábola, los dichos de los sabios y sus
enigmas”.
Estos son dichos sabios, registrados por Salomón y preservados por Dios para
nuestro beneficio. Pero no son principios y promesas de Dios a menos que sean
confirmados en el Nuevo Testamento.
Bible.org explica los proverbios de esta manera: "Estas
observaciones cortas y concisas sobre la vida son generalizaciones y por
lo tanto no pretenden ser tomadas como promesas divinas o sin excepción."
Si los proverbios fueran promesas, todas las personas piadosas serían ricas y
vivirían vidas largas y saludables y la gente malvada moriría joven porque
Proverbios10:22,27 dice: "La bendición del SEÑOR es la
que enriquece y no añade tristeza con ella…El temor del SEÑOR aumentará los
días, pero los años de los impíos serán acortados."
La
sabiduría, el entendimiento y el conocimiento llevan a la paz interior y al
gozo, verdaderas riquezas. Pero algunos de los hombres más sabios y piadosos en
la historia (el Apóstol Pablo y muchos misioneros modernos) han vivido la mayor
parte de sus vidas en condiciones desagradables y desafiantes, a veces sin
tener cubiertas sus necesidades físicas diarias.
Y
muchas personas malvadas viven vidas largas con gran salud y riqueza.
Tal
vez el proverbio más mal usado es el 22:6: "Instruye al niño en el camino correcto,y aun en
su vejez no lo abandonará”.
Esto a menudo se enseña como una promesa de Dios, poniendo culpas
injustas sobre los padres de hijos no piadosos. Puedes leer más sobre este malentendido
específico AQUÍ.
Por más sobre este tema:
Richard Pratt of R.C. Sproul Ministries
James W. Mohler of Biola University
Bible Gateway Got Questions Ministry
Focus on the Family
John Piper Ministries
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