Las malas compañías corrompen

 

1 Corintios 15:33



Era 1969 y mi primera semana como estudiante de primer año en una Universidad fuera del estado, donde no conocía un alma. 

Cuando una chica mayor en mi dormitorio me invitó a hacer un viaje durante la noche a la capital del estado con un par de otras chicas de primer año, pensé que sonaba divertido. 

No lo fue. 

Esa noche en nuestra habitación del hotel se llenó de chicos que nunca había visto,y terminé durmiendo bajo un escritorio con mi cara hacia la pared en una habitación llena de punzante humo de marihuana.

Yo no era cristiana, pero mi mama lo era, y ella había compartido suficiente sabiduría conmigo como para evitar involucrarme en esas actividades de fin de semana. 

Tristemente, las otras chicas que habían ido conmigo aprendieron nuevas formas de pecar y romper la ley. 

No me daba cuenta en el momento pero yo estaba recibiendo una ilustración en la vida real de 1 Corintios 15:33: “No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».” Esta alumna mayor no era buena compañía para ninguna de nosotras.

Dios nos quiere entre los no creyentes para que podamos compartir el evangelio, pero nuestros amigos cercanos deberían ser creyentes que piensen parecido. Por esto es también que los cristianos no deberían tener citas con no cristianos. 

Dios nos ubicó en nuestras familias, y necesitamos aprender como lidiar bondadosamente con miembros que no son cristianos. Pero en lo que tiene que ver con las amistades, debemos elegir aquellos amigos que nos mantengan en el camino del Señor (Proverbios 13:20).

¿Tus amigos te están alentando a acercarte al Señor o a acercarte al mundo?

Inglés: Bad company corrupts

Traducido por: Silvia Naviliat

Nuestros amigos cercanos hacen una gran diferencia en nuestro caminar con el Señor. Este devocional lo explica.



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