En el Salmo 51, David ofrece un
maravilloso ejemplo de arrepentimiento sincero.
David expresa:
1. Total dependencia en la misericordia y el perdón de Dios, lo que sabe que no
merece y sólo Dios puede dar. (Versículos1-2)
2. Gran dolor por sus pecados, los cuales lo separaban de Dios. (3)
3. Una comprensión de que su peor ofensa es contra Dios y que merece el castigo
y las consecuencias de su pecado. (4)
4. Una comprensión de que las personas nacen pecadoras, no buenas, e igual Dios
está siempre disponible y presente. (5-6)
5. Acuerdo con Dios en que sus pecados son graves. (7-9)
6. Un profundo deseo de que su conciencia y su relación con Dios fueran
restauradas. (10-15)
7. Una comprensión de que ningún sacrificio es suficiente, sólo su “corazón contrito
y humillado.” (16-17)
8. Su confianza de que Dios restaurará Su relación con Él. (18-19)
El Salmo 51 es un buen recordatorio de la naturaleza del pecado y el perdón. ¡Que
estemos tan dispuestos a arrepentirnos como Dios lo está para perdonarnos y
restaurarnos!
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Notas adicionales:
(1-2) Nunca debemos demandar
perdón. Siempre es un regalo inmerecido.
(3) El
arrepentimiento sincere no es muy común, incluso en el cuerpo de Cristo.
(4) David no estaba
diciendo que él no había pecado contra otros, sino que estaba usando una
hipérbole para expresar que lo peor de su pecado fue deshonrar los mandamientos
de Dios porque violar los mandamientos de Dios es lo mismo que la incredulidad. Ciertamente
, David pecó contra Betsabé, Urías, su familia y su país, y este pecado afectó
su vida entera.
(5-6) La cultura asume
que los niños nacen “buenos.” La escritura explica que nacemos pecadores.
(7-9) El hisopo se
usaba en varias ceremonias del antiguo Testamento que tenían que ver con la
purificación, la limpieza, o la protección.
(10-15) Esto es lo que lo
diferenció a David e hizo que Dios elogiara su fe incluso después de este
incidente. David quería estar bien con Dios más que cualquier otra cosa.
(16-17) El corazón de David
estaba roto por su pecado, y él sabía que merecía castigo. Algunas persona
simplemente tienen el corazón roto por las consecuencias de sus pecados, no por
el pecado en sí mismo. Un corazón contrito
es precioso para Dios. Isaías 66:2
(18-19) David quería usar su dolor para ayudar a otros a entender los caminos
de Dios. Y él quería adorar vigorosamente a Dios otra vez, ahora que sus pecados
fueron perdonados y su corazón limpiado.
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