Los atletas serios hacen todo lo que pueden para mejorar su actuación. Por eso es que muchas empresas diseñan cosas como zapatos ultra livianos y mallas de natación que reducen la resistencia del agua.
Qué gran analogía para Hebreos 12:1: “ Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.”
Los obstáculos pueden ser externos e internos.
Dios quiere que nosotros nos despojemos de obstáculos externos como entretenimiento que no es bueno, la búsqueda de cosas materiales, y malas relaciones. Estas cosas atrofian nuestros músculos espirituales y nos enlentecen.
Él también quiere que nos limpiemos de influencias internas negativas como la amargura, el egoísmo, y el orgullo. Estas cosas agotan nuestra fuerza espiritual.
Hoy pidámosle a Dios que nos ayude a deshacernos de cualquier cosa que nos impida correr la carrera que Él ha marcado para nosotros, para que un día podamos decir como Pablo:
" He peleado la buena batalla, he acabado la carrera; he guardado la fe." (2 Timoteo 4:7).
¡Y no olvides la promesa en 2 Timoteo 4:8!
Traducido por: Silvia Naviliat
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