Antes de ser cristiana yo era una feliz esposa y madre, pero internamente
estaba descontenta. No estaba segura porqué, pero cuando encontré a Cristo,
todo tuvo sentido. Necesitaba a Jesús para darle a mi vida sentido y propósito,
gracia y perdón, sabiduría y verdad.
Durante los primeros meses de mi nueva
fe oí enseñanzas que decían que a los cristianos se les promete sanidad y
comodidad en la vida. ¡Sonaba genial! Pero no me llevó mucho tiempo darme
cuenta que esas enseñanzas no concordaban con lo que estaba leyendo en la
Escritura.
De muchas maneras, la Escritura prepara
a los cristianos para más dificultades, no menos (por ej. Juan
15:18-21; 2
Corintios 4:8-11). Y cuanto más tiempo he sido cristiana,
definitivamente he enfrentado más dificultades desafiantes que durante mis años
en que no era salva. La vida se ha vuelto más difícil en cierto sentido, pero
he visto cómo mis dificultades han provisto maravillosas oportunidades de
crecer en mi fe. A través de la dificultad, he entendido mejor el asombroso carácter
de mi Señor.
Como
Jesús lo explica en Juan 16:33: “Yo les he
dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”
Cualquiera sean las dificultades o
desafíos que estés enfrentando, recuerda que la tierra no es tu hogar. Somos
extraños y peregrinos aquí lidiando con problemas terrenales. Pero estamos
yendo a un lugar de paz y gozo más allá de nuestra imaginación (Hebreos
11:13-16).
Inglés: Expecting Hardships
Traducido por: Silvia Naviliat
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