En vez de darnos cuenta que la vida involucre algunas relaciones difíciles, Satanás
quiere que nos veamos como víctimas.
Esta “mentalidad de víctima”ha llevado
al éxito fenomenal de las enseñanzas sobre los límites, creando una cultura en
la que le echamos la culpa a otro y nos tenemos lástima (Proverbios
18:1).
En vez de aprender habilidades para
tener relaciones maduras, muchos están eligiendo echar la culpa a otro y
exagerar sus circunstancias.
Cuando escribo sobre la reconciliación
(especialmente con los padres) ,usualmente escucho personas que insisten que para
su maltrato no hay esperanza.
Una vez un hombre me escribió que su
sufrimiento emocional de sus padres negativos era “mucho peor”que el de las
personas que han sido sexual o físicamente abusadas.
Conozco personalmente a mujeres que han
sido verdaderamente abusadas y mi corazón se rompe por ellas. Te garantizo que
este hombre no sufrió más que ellas.
Y esta es la parte asombrosa: estas
mujeres que conozco, que han sido verdaderamente victimizadas, no están
viviendo como víctimas porque han encontrado a Cristo.
Nunca entenderé su dolor, pero sus vidas
testifican de la habilidad de Cristo para restaurar y sanar a aquellas que han
sido abusadas (Romanos
8:28).
En vez de vivir en el dolor verdadero
que sufrieron, ellas han aprendido a vivir en el verdadero amor de Cristo. En
vez de dejar que su dolor atrofie su crecimiento espiritual, Cristo las ha
ayudado a moverse más allá de él.
Cada uno de nosotros tiene una opción:
podemos permitir que aquellos que nos maltratan arruinen nuestra vida, o
podemos dejar que Cristo nos haga madurar, nos haga libres, nos impulse hacia
adelante, nos enseñe el perdón y refine nuestra fe.
Inglés: Real Victims Can Find Victory in Christ. Fake Victims Never Will.
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