El pecado apesta...literalmente

 

Lo que nos enseña el maná


Éxodo 16:21-30 ofrece una interesante ilustración de la desobediencia.

 

Dios le dijo a Moisés que le dijera al pueblo de Israel que juntara el maná a diario, que nunca guardaran para el día siguiente. Pero un día a la semana podían juntar el doble para el Sabbath.

Algunas de las personas obedecían. Otras pensaron que eran más sabias que Dios. Decidieron que sus vidas serían más fáciles si solo tenían que juntar maná una o dos veces por semana en vez de todos los días. 

 

Sin embargo, cuando hicieron esto, sus sobras se llenaron de gusanos y comenzaron a oler mal. 

 

¡Qué buena ilustración de la desobediencia! ¡Apesta!


La gente hoy también piensa que son más sabios y más razonables que Dios. Ellos ignoran las advertencias de Dios sobre el estilo de vida inmoral, pensando que sus vidas serán más fáciles si encajan con la cultura.

 

Sin embargo, un día descubrirán que sus pecados apestan más que el maná.

El propósito de Dios en la recolección diaria del maná era enseñar al pueblo la importancia de obedecer Su Palabra: 

Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.(Deuteronomio 8:3).

Esa verdad fue repetida por Jesús durante Su ministerio terrenal:

Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.(Mateo 4:4).

 

Entonces confiemos en la Palabra de Dios, no en nuestra humana sabiduría, y arrepintámonos en cualquier área en que hayamos ignorado Sus advertencias (1 Juan 1:8-10).


Inglés: Sin Stinks...Literally

Traducido por: Silvia Naviliat



 

 

 

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