Nuestro escudo, nuestra gloria, el que levanta nuestra cabeza

Salmo 3:3-4


David escribió el  Salmo 3 cuando estaba grandemente afligido, rodeado de enemigos. 

 

Pero tú, Señor, eres el escudo que me protege;
    tú eres mi gloria; tú mantienes en alto mi cabeza.
 Clamo al Señor a voz en cuello y desde su monte santo él me responde
(Salmo 3:3-4 ) 

 

Nuestro escudo

David era un rey guerrero y sabía de la increíble importancia de un escudo en la batalla. Por eso es que él reconoce a Dios como su escudo. 

 

Nosotros los cristianos también estamos en una batalla y necesitamos entender la importancia de Dios como nuestro escudo. En medio de las dificultades, el maltrato y la propaganda anticristiana, Él nos escuda con Su Palabra, Su Espíritu, Su amor, y Su consuelo. 

 

Nuestra gloria

David también conocía a Dios como su gloria, la fuente de todas las cosas buenas en su vida. Cualquier gloria que David le trajo a Dios vino a través de Dios. 

 

Cuando dependemos de Dios y buscamos Su voluntad, Él nos usa para Su gloria. 

 

El que levanta nuestra cabeza

Mi aspecto favorito de este salmo es cuando David describe a Dios como el que levanta su cabeza. 

 

A veces los desafíos de la vida nos dejan con la cabeza baja, sintiéndonos quebrados, abandonados, solos. Ahí es cuando la mano de Dios puede levantar nuestras cabezas y ayudarnos a enfocarnos en Su gloria y la gloria eterna que nos espera cuando nuestra batalla en la tierra sea ganada.

 

Toma tiempo hoy para recordarte a ti mismo estas maravillosas características del amor de Dios.

Inglés: Our Shield, Our Glory, Our Head-Lifter

Traducido por: Silvia Naviliat


El Salmo 3 provee la imagen más maravillosa de nuestra relación con el Señor. Este devocional explica tres elementos de Su amor.


 


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