A nuestro mundo
moderno le gusta pensar que Jesús no confrontaba porque no les gusta nadie que
cuestione sus conductas.
Pero Jesús definitivamente
confrontaba. Y aunque Él confrontaba perfectamente a la gente, esto no lo hizo
popular.
La mayoría de nosotros somos
conscientes de la manera en que Jesús amonestaba a los fariseos y líderes
religiosos sobre sus actitudes de creerse justos, el legalismo y la falta de
compasión (por ej. Mateo 23). Pero Él confrontaba el pecado en muchas otras situaciones también:
1. Personas codiciosas—los
cambistas (Mateo 21:12-13)
Jesús con rectitud les dio vuelta
las mesas.
2. Personas que sinceramente lo
buscaban a Él—Nicodemo (Juan 3:1-21)
Jesús confrontó a Nicodemo sobre
ser un líder religioso y perderse el punto del evangelio (versículo
10).
3. Seguidores no sinceros—las
multitudes en Juan 6 (Juan 6:1-27)
Jesús les dijo a estas personas
que ellos no estaban realmente interesados en Sus enseñanzas sino que
simplemente querían la comida que Él podía proveerles. (versículo
26).
4. Personas que vivían en pecado—la
mujer samaritana (Juan 4:5-30)
Jesús intencionalmente le preguntó
por su esposo para confrontarla con respecto a su estilo de vida inmoral.
5. Miembros de la familia
incrédulos—Sus hermanos (Juan 7:1-7)
Jesús le dijo a sus hermanos que
eran mundanos.
Nosotros no somos Jesús, pero
tenemos una responsabilidad como Sus seguidores de hablar sobre el pecado (Efesios 5:11; 2 Corintios 10:5; Colosenses
4:6) y confrontar a compañeros creyentes (Mateo 18:15; Gálatas 6:1; Santiago
5:19-20).
Inglés: Jesus Confronted Sin—What that Means for Us
Traducido por: Silvia Naviliat
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