"Felices para siempre"—El final que Dios promete a sus seguidores

 



¿Alguna vez has notado que nos gustan las historias con el final “felices para siempre”? 


Los libros para niños siempre terminan con la gente buena siendo recompensada y la gente mala castigada. Las historias de adultos son más complejas, pero la ficción más popular se resuelve de maneras  que satisfacen nuestro sentido interior de justicia.

Esta es una de las muchas pruebas de que Dios existe. Y es una confirmación de que Él le ha dado a cada persona una comprensión del bien y del mal.

 

Cada vez que un incrédulo se comporta bien moralmente, escribe sobre la justicia, o muestra una preocupación genuina por la justicia está testificando de la existencia de Dios. 

 

De hecho, cuando los no judíos, que no tienen la Ley, cumplen por naturaleza lo que la Ley exige, ellos son Ley para sí mismos, aunque no tengan la Ley. Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la Ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.(Romanos 2:14-15).

Los buenos valores no existirían si fuéramos simplemente productos de la evolución. 

 

Todas las personas desean una conclusión “felices para siempre”, y los cristianos comprendemos que aquellos que nos arrepentimos y seguimos a Cristo tenemos un final maravilloso para nuestra historia. 

 

¡Esto debería motivarnos a compartir estas buenas noticias con los demás!

Traducido por: Silvia Naviliat

La mayoría de las historias de ficción involucra al bien venciendo al mal y hay una razón bíblica para ese sentido interior de justicia de los autores


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