Los cristianos pecamos. Pero nos molesta y nos arrepentimos porque amamos a Jesús (1 Juan 1:8-10; Juan 14:21; 15:10).
“Todo el que permanece en él no practica el
pecado. Todo el que practica el pecado no lo ha visto ni lo ha conocido.” (1
Juan 3:6).
Los cristianos genuinos se rehúsan a
vivir estilos de vida inmorales.
“Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que
nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos
siendo esclavos del pecado” (Romanos
6:6).
“¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo
no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se
entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son
prostitutos o practican la homosexualidad o son
ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de esos
heredará el reino de Dios.” (1 Corintios 6:9-10 NTV).
Tristemente, algunos cristianos profesantes están
desafiando esta verdad básica, diciendo que pueden vivir juntos sin casarse o
vivir un estilo de vida LGBTQ y aun ser cristiano.
No es verdad.
El versículo
11 hermosamente
explica que cuando venimos a Cristo, dejamos atrás nuestro estilo de vida
pecaminoso porque somos “lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor
Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.”
La cosa más amorosa que podemos hacer es advertir a
las personas que los estilos de vida pecaminosos llevan al infierno, pero Cristo
puede hacerlos libres y satisfacerlos en maneras que nunca imaginaron.
Inglés:Is It Biblical to Claim that Someone Can Be Saved and Continue in a Sinful Lifestyle?
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