¿Sabías que confrontar a los creyentes que están en pecado es parte de
nuestra tarea como cristianos?
“Hermanos, si alguien es
sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una
actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.” (Gálatas 6:1).
Yo solía pensar que este versículo nos advertía sobre ser tentados por el mismo pecado de la persona a la que confrontamos. Pero la mayoría de los estudiosos creen que significa que debemos acercarnos a las personas en humildad y mansedumbre o seremos tentados a creernos justos y ser hipócritas.
Nadie es sin pecado y eso no es un requerimiento para corregir a un
hermano creyente. Pero no podemos corregir a otros si rehusamos lidiar
humildemente con nuestros propios pecados (Mateo 7:1-5).
Además, confrontar a los hermanos creyentes no significa estar examinando
cada cosa que hacen. Significa confrontar a cristianos profesantes que están
involucrados en estilos de vida pecaminosos o pecados habituales.
“ Hermanos míos, si alguno de ustedes se extravía de la
verdad y otro lo hace volver a ella, recuerden que quien hace volver a un
pecador de su extravío lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados.” (Santiago 5:19-20).
Es un acto de amor ayudar a restaurar a un hermano o hermana a estar
bien con el Señor, y debemos hacerlo con ese motivo en mente.
Inglés: Confronting Sin: With the Right Intentions
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