Si tienes problemas en llevarte bien con algún familiar, encontrarás mucho
apoyo para que construyas barreras en vez de puentes, para protegerte de
desacuerdos en vez de trabajar en ellos. Es una señal de los valores egoístas
que promueve nuestra cultura moderna.
Pero no encontrarás ese apoyo en las Escrituras.
La cultura
moderna a menudo promueve la evitación de conflictos, no la resolución de
ellos. Alejarse de la gente es más fácil que aprender a vivir con ellos
pacíficamente. Es más fácil asumir que nosotros tenemos la razón la mayoría de
las veces y que la otra persona está equivocada.
Pero no
podemos honrar a Dios si rehusamos reconciliarnos con amigos y familiares porque
Dios le da prioridad a la reconciliación:
“Por lo tanto, si estás
presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo
contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu
hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.” Mateo 5:23-24
Esto es
similar a la advertencia de Pablo sobre participar de la santa cena de “manera indigna” (1 Corintios 11:27-29). No podemos mantener une relación saludable con el Señor si no
queremos dar lo mejor para llevarnos bien con los demás.
La Escritura
nos ordena que consideremos las preocupaciones de los otros, devolvamos bien
por mal, y busquemos la paz de todo corazón (Filipenses 2:3-4; Romanos 12:3-21). Cuando no lo hacemos, nuestras vidas se vuelven más fáciles,
pero nuestro corazón se endurece.
Satanás
quiere matar, robar y destruir nuestras relaciones (Juan 10:10). No le
permitamos hacerlo.
Inglés: When It Comes to Difficult Relationships, God Places Great Importance on Reconciliation
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