Estoy feliz de que muchos de mis lectores están parados sobre la Roca. Con eso
quiero decir que están parados en Cristo como su cimiento con la Palabra de
Dios como prueba de la verdad (Salmos 61:2; 71:3; Mateo 7:24-27).
Están interesados en entender la Escritura y
aplicarla correctamente como los de Berea (Hechos 17:11), señalando errores donde sea que los encuentren.
Si algo se presenta como cristiano, ellos esperan
que concuerde con las Escrituras. Si descubren que algunas de sus creencias no
son bíblicamente correctas, ellos ajustan sus creencias.
Si no estamos firmemente parados sobre la Roca,
terminamos siendo cristianos “cabeza de roca”.
Con esto quiero decir que son cristianos que no se
dejan enseñar. Se rehúsan a identificar los errores y ajustar sus creencias de
acuerdo a la escritura. Sus mentes son como una roca.
Entonces, ¿por qué estoy hablando de cabezas de
roca? Porque hay estudios que demuestran los seres humanos nos inclinamos hacia
la testarudez, agarrándonos de falsas enseñanzas y rechazando la corrección (Proverbios 29:1; Salmo 32:9; Salmo 81:11-12).
No podemos distinguir la verdad del error a menos
que seamos humildes y queramos permitir que la palabra de Dios ajuste nuestras
creencias.
Por eso, asegurémonos de estar parados sobre la
Roca, y no ser cabezas de roca.
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