Un tren con destino a la oscuridad de la incredulidad

 

Era 2008.

Después de 10 horas de viaje en tren desde Krakow, mi esposo y yo llegamos a la estación Keleti en Budapest en la oscuridad de la noche. La estación se veía misteriosa, extraña con sus vías de trenes que parecían correr interminablemente hacia la vasta oscuridad de Europa.

Un húngaro se acercó a nosotros para hacer propaganda de un alojamiento. Cuando le dijimos que vivíamos en Budapest, él caminó con nosotros hacia la salida. 

“¿Qué hacen en Budapest?” 

“Obra cristiana,” respondió Michael. 

El hombre sonrió y en una voz burlona dijo: “Ooh, les tengo miedo.¡Podrían intentar hacerme cristiano!” 

“No necesitas tenernos miedo,” le dije, “pero Dios te está buscando.” 

“Yo creo que Dios está en un árbol, en el viento, en una piedra,” dijo él. 

“Dios no es quien nosotros pensamos que es,” le respondí. “Dios es quien Él dice que es.” 

“Lo has conocido?” 

“Si”, dijo Michael. “Tenemos una relación con Jesús.” 

“Bien, yo lo he buscado, pero no lo encontré. Yo creo en mí mismo.” 

“Cuando dejes de creer en ti mismo, lo encontrarás”, le dije.(1)

“Oraremos para que Dios se te revele a ti,” dijo Michael mientras salíamos de la estación.(2)   

“No oren por mí”, se rió.”No creo en la oración.”(3)  

“Pero nosotros sí”, dijo Michael.(4)  

Este hombre representa a tantas personas que van en un tren hacia el infierno. Dios planea paradas para ellos, ofreciéndoles salvación. Y Él a veces nos pone a nosotros en una de esas paradas. 

Estemos preparados para hablar de Él.

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(1) Jeremías 29:13; Salmos 10:4; Mateo 7:7-8

(2) 1 Timoteo 2:1-4; Mateo 28:18-20. Cuando esto sucedió, no sentimos que tuviéramos que seguir la discusión con ese hombre. Sentimos que habíamos hecho lo que Dios quería que hiciéramos en ese momento. Otras veces, el Espíritu de Dios puede llevarnos a hacer más. Necesitamos pedir la ayuda de Dios para ser sensibles a Sus deseos en tal situación.

(3) Salmos 10:4

(4) Colosenses 4:2

Inglés: A Train Bound for the Darkness of Unbelief

Traducido por: Silvia Naviliat