Nada fortalece tanto la fe como lo hace la prueba (1 Pedro 1:1-9).
De hijo favorito a esclavo (Génesis 37), de esclavo
respetado a prisionero (Génesis 39), la fe de
José fue probada. Él aprendió que Dios podía usarlo en cualquier situación (Génesis 50:16-20). Y Dios lo usó poderosamente (Génesis 41:41-46).
De miembro de la familia real a pastor de campo, de
riqueza y privilegios a clase trabajadora, la fe de Moisés fue probada. Él
perdió la confianza en sí mismo y ganó confianza en Dios (Éxodo 3; Números 12:3). Y Dios lo usó poderosamente (Deuteronomio 34:10-12).
José como hijo favorito y Moisés en la corte real no
hubieran sido capaces de hacer lo que Dios había planeado para ellos, y lo
mismo es verdad para ti y para mí (Romanos 5:1-5).
Si queremos cumplir los propósitos de Dios para
nuestras vidas, pasaremos por la prueba (Hechos 14:21-22; 2 Timoteo 3:10-13).
Si yo hubiera escrito los devocionales de Bible Love Notes hubieran sido
superficiales. Hubiera hablado sobre lo bien que te va en la vida cristiana si
obedeces a Dios. Pero las dificultades en mi vida han probado y madurado mi fe.
Y continúan probándome y haciéndome madurar.
Ahora puedo escribir sobre el consuelo amoroso de Dios para los quebrantados de corazón porque lo he experimentado de primera mano. Puedo dar opiniones sobre la perseverancia porque Dios me está enseñando cómo perseverar. Y estoy más segura que nunca que la Palabra de Dios nos sostiene y nos da sabiduría.
¡Nada fortalece tanto la fe como lo hace la prueba!
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