Queridos
cristianos, necesitamos reconocer y corregir esta mentira popular: “Si los
cristianos se comportaran como Cristo, serían más populares, aceptados y
amados, y harían ver más atractivo al evangelio.”
Es
absolutamente cierto que los cristianos deberían actuar con gracia, expresarnos
sin enojo ni burla.
Pero cuanto
más parecido a Cristo nos comportemos, menos populares seremos para la mayoría
(Juan 15:18-22).(1)
Algunos
cristianos piensan que disgustamos a las personas si les mencionamos el pecado
o el infierno. Pero si no mencionamos esos temas, no estaremos actuando como
Cristo porque Jesús frecuentemente mencionaba ambos. (2)
Los que no
son cristianos podrían ser más amigables si no les dijéramos que Cristo es el
único camino de salvación. Pero no podemos no hacerlo y ser como Cristo porque
Jesús claramente proclamaba que ninguno viene al Padre excepto a través de Él (Juan 14:6).
Esta es la
verdad: la razón por la que el camino de
salvación es angosto y pocos lo encuentran no es porque los cristianos no sean
parecidos a Cristo. Es porque la mayoría de las personas quiere complacer a la
mayoría (Mateo 7:13-14).
Pero los
cristianos quieren agradar al Señor (Gálatas 1:10; Efesios 5:8-11).
Por eso, no
nos olvidemos de esta maravillosa noticia: encontramos nuestro gozo en Cristo,
no en los hombres. Él nos ayuda a compartir Su salvación con los “pocos” que
escuchen.
¡Y no nos dejemos
intimidar por la mayoría! Todavía hay una “cosecha” y un trabajo significativo
para hacer (Mateo 9:37).
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(1) “Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me
aborreció a mí. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como a los suyos. Pero ustedes
no son del mundo, sino que yo los he escogido de entre el mundo. Por eso el
mundo los aborrece. Recuerden lo que les dije: “Ningún siervo es más
que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han
obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las de ustedes. Los tratarán así por
causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió. Si yo no hubiera venido
ni les hubiera hablado, no serían culpables de pecado. Pero ahora no tienen excusa por su pecado.” Jesús, Juan 15:18-22
(2) Lee lo que Cristo les dijo a Sus hermanos
incrédulos en Juan 7:7.
Traducido por: Silvia Naviliat
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