En Juan 6:35-71 Jesús probó la devoción de un gran grupo de sus seguidores
compartiendo verdades duras. La mayoría de ellos lo abandonaron.
Muchos
cristianos modernos también están abandonando a Jesús, predicando un “Jesús
diferente” al Jesús de las Escrituras (2 Corintios 11:4). Ellos
dicen que una persona puede ser salva y continuar viviendo un estilo de vida
pecaminoso.
Pero esta es
la “dura verdad”: “El que afirma: «Lo
conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la
verdad.” 1 Juan 2:4
Los
verdaderos creyentes pecamos, pero no podemos vivir en el pecado (1 Juan 1:5-7; 1 Juan 3:6). Nuestra conciencia
no nos lo permite.
Nosotros le
creemos a Dios cuando dice que “ Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los
estafadores heredarán el reino de Dios.” 1 Corintios 6:9-10
Cuando
pensamos o le decimos a otros que una persona salva puede vivir un estilo de
vida contrario a la Palabra de Dios, estamos peligrosamente engañados. (1)
Si estás
llevando un estilo de vida pecaminoso, arrepiéntete y vuélvete a Dios (Hechos 3:19). Si tienes amigos que se
dicen cristianos mientras viven estilos de vida pecaminosos, muéstrales tu amor
advirtiéndoles (Santiago 5:19-20; 1 Corintios 5:12).
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(1) Este
engaño está motivado culturalmente. La mayoría de las personas aceptan que los
otros pecados mencionados en 1 Corintios 6:9-10 (estilos de vida de ladrones, avaros, borrachos, o estafadores) no
son cristianos. Pero excluyen los pecados sexuales aprobados culturalmente,
tales como convivir sin estar casados o vivir como homosexual.
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