El lenguaje es poderoso y a menudo es abusado para propósitos pecaminosos.
Por ejemplo,
algunas personas se dan cuenta que explicar que su hermano es molesto no
justificaría bloquearlo, por eso lo llaman “tóxico.” Ellos se dan cuenta que no
pueden justificar la forma en que tratan a sus padres simplemente porque sus
padres los critican, entonces los llaman “verbalmente abusivos.”
Estas
descripciones se han vuelto muy populares, pero identifican un tipo de fe
cobarde (Proverbios 24:10).
Cuando
exageramos los problemas relacionales, estamos tratando de convencernos de que
rehusar lidiar con las dificultades es mejor que obedecer los mandamientos de
Dios. Estamos eligiendo una “seguridad” superficial y egocéntrica antes que la
auto negación y el crecimiento cristiano.
Si no podemos
lidiar con las personas difíciles, terminamos convirtiéndonos en una persona
difícil. Y aún peor, terminamos endureciendo nuestro corazón a los mandamientos
de Dios como estos:
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