Él dijo que amaba a su mamá, pero ni siquiera la contactaba una vez al mes.
Ella prometió
respetar a su esposo, pero coqueteaba con los hombres en su trabajo.
Él decía ser
su amigo, pero rehusaba discutir los problemas en su relación.
Si somos buenos
hijos, esposos, o amigos, nos preocuparemos lo suficiente como para estar en
contacto, actuar apropiadamente, resolver nuestras diferencias. Demostramos
gratitud, consideración, comprensión y gracia.
Examinemos
atentamente y en oración nuestras relaciones y preguntémonos si ellas reflejan
nuestra fe en Cristo:
🟆 ¿Nos
acercamos a otros humildemente? (Santiago 4:10; 1 Pedro 5:5)
🟆 ¿Estamos
dispuestos a considerar las necesidades y deseos de otros, no simplemente los propios? (Filipenses 2:3-5; Marcos 8:34)
🟆 ¿Estamos
genuinamente tratando a otros como nos gustaría ser tratados si estuviéramos en
su posición? (Mateo 7:12)
🟆 ¿Hemos
perdonado de verdad a aquellos que nos han ofendido? (Colosenses 3:13)
🟆 ¿Somos
proactivos al tratar con nuestros problemas de relacionamiento? (Mateo 5:23-24)
🟆 ¿Examinamos
nuestras propias acciones y actitudes antes de juzgar a otros? (Mateo 7:1-5)
Podemos
volvernos amargados, egoístas ,y
mezquinos en nuestras relaciones. O podemos dejar que Cristo nos
transforme en humildes, perdonadores, con gracia, pacificadores (Santiago 3:17-18).
La fortaleza o debilidad de nuestra fe se revela en
cómo nos relacionamos con otros. ¡Asegurémonos de que estamos ratificando el
evangelio, no negándolo!
Inglés: Denying or affirming the Gospel in our relationships
Traducido por: Silvia Naviliat
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