Algunos
pensamientos para el Día del Padre...
Con
el sabor de la fruta prohibida todavía en la boca, Adán explicó la razón por la
que había desobedecido: “La mujer que me diste por compañera
me dio de ese fruto, y yo lo comí.
” (Génesis
3:12).
Adán estaba culpando a Eva, pero aún más trágicamente, ¡él estaba culpando a
Dios por haberle dado a Eva!
Desde
la caída, cuando Adán culpó al Perfecto Padre, los padres han sido nuestros
chivos expiatorios.
Freud
construyó la sicología moderna culpando a los padres, y esa culpa se ha vuelto
más sofisticada a lo largo de los años. Sólo googlea “problemas entre padres e
hijos adultos”, y encontrarás que usualmente los responsables son los padres.
Aun cuando sabemos que las personas mayores, más maduras son generalmente más
sabias que las generaciones más jóvenes, rara vez se les da el beneficio de la
duda.
Las
personas no cristianas encuentran su “prueba” en la sicología. Y los cristianos
lo hacen “cristianizando” filosofías mundanas, tales como los “límites” o las
enseñanzas sobre la autoestima.
Cuando
culpamos a nuestros padres, básicamente estamos diciendo: “Es tu culpa, Dios,
por darme estos padres.”
Crezcamos
y empecemos a seguir las Escrituras en vez de seguir a Adán o a Freud. Cuando
honramos a nuestros imperfectos padres terrenales, honramos a nuestro Perfecto
Padre Celestial (Efesios 6:2-3).
💙Más de un minuto para aquellos que
quieren más💙
La
palabra griega para “honrar” en Efesios 6:2 significa dar un alto o “pesado”
valor a nuestros padres. Hacemos esto porque amamos y honramos al Señor aun
cuando no pensemos que nuestros padres sean dignos de honor. Dios no dijo:
"Hijos, juzguen a sus padres, y si los encuentran dignos de honor,
entonces hónrenlos." Él simplemente dijo: “Honren a sus padres”. Y Él
agregó una promesa para enfatizar la importancia de este mandamiento.
Cuando
Dios dio este mandamiento, Él sabía que había todo tipo de padres, buenos,
malos, y mediocres. Él sabía que sería desafiante para algunos hijos. Pero Dios
nos puso en nuestra familia con un propósito. Si tenemos padres difíciles, Dios
sabía que, con Su Espíritu, seríamos capaces de honrarlos. Y que nosotros
creceríamos en nuestra fe en el proceso.
Tristemente,
muchas enseñanzas “cristianas” populares nos alientan a evitar los propósitos
de Dios, culpar a nuestros padres, y honrarnos a nosotros mismos. Estoy
especialmente preocupada por la popularidad de describir a los padres como
tóxicos y/o “verbalmente abusivos” cuando en verdad simplemente son molestos o
están respondiendo a la falta de respeto que reciben de sus hijos.
Si
dudas del valor de honrar a tus padres, te desafío a hacer una prueba. Por todo
un año, haz algo amable por tus padres cada semana. Mantén un mejor contacto,
sé más agradecido y generoso, y ve si vuestra relación no mejora. Y si no
cambia a tus padres, ve si te cambia a ti. Dios promete que honrar a nuestros
padres traerá bienestar a nuestras vidas, y Sus promesas pueden ser probadas.
Inglés: The first person blamed: a parent
Traducido por: Silvia Naviliat
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