Años atrás, cuando vivimos en los cuarteles del ejército, nuestros vecinos se
fueron de vacaciones y nos pidieron que cuidáramos su casa.
Mientras ellos no estaban, el
ejército inesperadamente reemplazó todas las ventanas en nuestra calle. Yo
cubrí algunos de los muebles de mis vecinos con sábanas para que no se dañaran
con el trabajo.
Sin embargo, como yo era una madre
ocupada con dos niños pequeños, me olvidé de retirar las sábanas. Cuando
nuestros vecinos regresaron a la semana siguiente, me preguntaron a quién había
dejado dormir en su casa sin pedirles permiso.
Cuando les expliqué, ellos quedaron
agradecidos por haberles cubierto los muebles. Pero esta situación nos enseña
algo importante: las cosas no son siempre lo que parecen.
A veces suceden cosas terribles,
tristes, inexplicables. Y podríamos vernos tentados (como el salmista) a pensar
que a Dios no le importa o que no tiene un plan o que de alguna manera se
olvidó de nosotros.
Eso es porque no tenemos la historia
complete. La Escritura dice que estamos mirando a través de un espejo empañado
(1 Corintios
13:12).
Entonces recordemos estas verdades: Dios nunca se aprovecha de nosotros,
nunca se abusa de nosotros, nunca se olvida de nosotros, y siempre obra para nuestro bien (Salmo 103; Romanos 8:28).
💙💙💙💙💙💙💙
Inglés: Clouded mirrors and wrong conclusions
Traducido por: Silvia Naviliat
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