Adorar y nada más


Lo que el salmista hacía 7 veces al día

Imagina que tienes un amigo amoroso que siempre está disponible cuando le pides ayuda. Tú aprecias lo que hace, pero tus conversaciones se enfocan en tus necesidades y deseos. Tú rara vez te tomas el tiempo para decirle que es un gran amigo.

Yo tengo ese Amigo a quien he tratado de esa manera, no un amigo humano, sino mi Señor.

Salmos 119:164 trajo mi fracaso a mi mente:   

Siete veces al día te alabo por tus rectos juicios.

El salmista amaba tanto a Dios y Su Palabra que hizo un hábito el alabarlo siete veces al día. Incluso se levantaba a medianoche con ese propósito (Salmos 119:62).

¿Con qué frecuencia te tomas tiempo para simplemente adorar a Dios, sin pedirle Su ayuda?

En casa, pusimos una alarma que suena cada una hora para parar y orar. Me propuse que algunas de esas oraciones sean exclusivamente de adoración.

¿Necesitas tú agregar pura adoración a tus oraciones?

Nota: La práctica del salmista de adorar siete veces al día no es un mandamiento. No debemos transformarlo en una regla legalista. Pero debería ser un recordatorio para tomarnos un tiempo cada día para simplemente adorar a nuestro Señor.
Tal vez podrías decir una frase o dos de pura adoración cada mañana cuando te levantas o en cada comida. 

Inglés: Praise and nothing else
Traducido por: Silvia Naviliat



No comments:

Post a Comment