Platillos que hacen ruido

Hay una tendencia peligrosa entre los cristianos: compartir opiniones sobre política y doctrinas que no son esenciales, de manera dura y arrogante y atacar a aquellos que no están de acuerdo con sus opiniones.

 Es más fácil criticar la fe, la educación, o los motivos de aquellos con quienes no estamos de acuerdo que centrarnos en el tema en sí mismo. Pero es contraproducente. 

 Incluso si estamos discutiendo doctrinas esenciales, este método es inútil. Podemos estar 100% en lo correcto y la otra persona puede estar 100% equivocada, pero nunca la convenceremos cuestionando su carácter. De hecho, transformar una discusión en algo personal es la mejor de manera de no llegar a ningún lado. 

 Debatir temas sobre la Escritura no sólo se trata de tener la razón. Se trata de compartir la verdad con gracia (Proverbios 15:1-2,4; Efesios 4:15; Colosenses 4:5-6; 2 Timoteo 2:25). 

 Podemos tener grandes dones espirituales, gran conocimiento de la Palabra de Dios, gran fe para creerle a Dios, e incluso coraje para enfrentar la muerte por Cristo. Pero si no podemos actuar en amor, especialmente hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo, somos platillos que hacen ruido (1 Corintios 13:1-3). 

 Compartamos nuestras creencias con bondad o mantengamos la boca cerrada. 

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 Notas: 
 Exposiciones, Artículos y Videos: 
Evita videos y artículos que usen burla, sarcasmo, aspereza, o arrogancia al examinar falsas enseñanzas o falsos maestros. Cuando no pueden presentar sus objeciones con gracia, su objetividad es cuestionable. 

 Comentar en redes socials, blogs o páginas web:
 Si comentas online, céntrate en la creencia en cuestión. No cuestiones los motivos, el carácter, el conocimiento, o los propósitos de aquellos con quienes estás en desacuerdo. No llames a nadie ignorante, mentiroso, engañador, hipócrita, etc. Si no puedes presentar tu punto de vista sin insultar, tal vez tu punto de vista no es bíblico.

Inglés: Clanging Gongs
Traducido por: Silvia Naviliat