"El clima está tan feo que no anda nadie afuera, sólo los cuervos y los predicadores metodistas." – dicho popular colonial
Los primeros predicadores metodistas ambulantes eran conocidos por su persistencia en propagar el evangelio, y Francis Asbury (1745-1816) marcó la norma.
Él anduvo por peligrosas zonas de guerra, territorio hostil indio, y remotos desiertos. Los insultos, las circunstancias difíciles, la malaria y el cansancio no pudieron pararlo. A veces él estaba tan enfermo que se ataba al caballo para no caerse.
Su pasión era compartir el evangelio, y se volvió una leyenda en su propia época.
Cuando murió a los 71 años, la persona que habló en su funeral dijo: “Qué pudo hacer que no haya hecho?” Porque él usó toda su vida para el bien del hombre y para la gloria de Dios."
A veces leemos sobre estos santos y nos sentimos vencidos porque ellos pusieron la marca tan alta. En vez de eso, deberíamos preguntarnos “¿Qué cosa puedo hacer hoy que no hice ayer por amor a Cristo?”
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Francis Asbury fue inspirador de tantas maneras que no puedo mencionarlas en un devocional de un minuto, pero quiero mencionar algo por lo cual lo admiro especialmente. Él habló contra la esclavitud 100 años antes de la Guerra Civil. Él habló con George Washington sobre tomar una posición contra la esclavitud. Washington no lo hizo, pero Washington liberó sus esclavos antes de morir, y me pregunto si Asbury fue quien lo inspiró a hacerlo. Asbury llevó pastores negros en sus recorridos algunas veces. Y cuando los metodistas blancos trataban mal a los metodistas negros, él se ponía del lado de sus hermanos y hermanas negros.
Inglés: What could he have done that he didn't?
Traducido por: Silvia Naviliat
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