Aunque María Antonieta realmente nunca hizo esa declaración, ella tuvo un opulento estilo de vida durante un tiempo de extrema pobreza. Ella no tenía ni idea de la diferencia entre necesidades y deseos.
Muchos de nosotros tenemos esta “mentalidad de María Antonieta.”
Por ejemplo: Hace unos años, yo me estaba quejando sobre la pobre calidad de mi lavarropas. Entonces una amiga que vivía en otro país me contó sobre su vecina de 85 años quien lavaba su ropa sobre una tabla de lavar y no tenía ascensor para subir a su apartamento en el sexto piso.
Mis quejas provenían de una “mentalidad de María Antonieta”, lo que quiere decir que no estaba siendo agradecida por mis bendiciones, y no tenía ni idea de la necesidad de los demás.
Pidámosle a Dios que nos ayude a entender la diferencia entre necesidades y lujos,y así poder ser agradecidos y generosos.
“Sin embargo, grande ganancia es la piedad con contentamiento. Porque nada trajimos a este mundo, y es evidente que nada podremos sacar.” 1 Timoteo 6:6-7
Traducido por: Silvia Naviliat
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