“Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!” Lucas 10:40
Mi inclinación natural es simpatizar con Marta en Lucas 10:38-42. ¿A quién le gusta estar atrapado en la cocina mientras tu hermana se distiende con los invitados? Pero Jesús reprendió a Marta.
Fue una reprensión dulce.La repetición de su nombre mostró ternura (Lucas 10:41). Él quería su compañía más que una comida sofisticada.
Espero que Marta haya decidido servir sandwiches,se haya sacado el delantal y se haya sentado al lado de María a los pies de Jesús.
Nosotros podemos hacer lo mismo:
1. Aceptando las “intervenciones divinas” en nuestro día.
2. Simplificando y priorizando las cosas en nuestra agenda. Tanta ocupación a menudo está motivada por orgullo e inmadurez.
3. Buscando primero las cosas de Dios y dejando que Él se encargue del resto (Mateo 6:33).
Si Dios te lo pidiera,¿dejarías tus compromisos de hoy y te sentarías en el piso, a Sus pies?
Si no has leído la historia de María y Marta, son sólo 5 versículos: Lucas 10:38-42.
Traducido por: Silvia Naviliat
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