Hace unos meses compré un pequeño cuaderno con la inscripción “Diario de Felicidad” en la tapa.
No lo compré porque estuviera rebosando de felicidad.
Lo compré porque no era así.
Había cosas importantes que estaban saliendo mal en mi vida, cosas sobre las cuales no tenía control.
Me estaba obsesionando con esas cosas.
A veces pensamos que necesitamos un “Diario de Tristeza”, un “Diario de Queja”,un “Diario de Maltrato”, o un “Diario de Dificultades”.
Pero todos estos diarios se transforman en “Diarios de autocompasión”.
Dios no nos dijo que pensáramos en todo lo que es verdadero, noble, puro, amable, digno de admiración, excelente y honorable porque todo en nuestra vida sería maravilloso (Filipenses 4:8).
Él nos mandó que pensáramos en esas cosas porque tendríamos problemas en la vida (Juan 16:33).
Pero Él también nos dijo que nos armáramos de valor porque en Él tenemos paz y gozo más allá de nuestras circunstancias.
Sin importar lo que esté sucediendo, necesitamos acordarnos diariamente de la bondad de Dios.
Todos necesitamos un “Diario de Felicidad”.
Traducido por: Silvia Naviliat
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