En Mateo
8:5-13,
Jesús dijo que iría y sanaría al siervo del centurión romano, pero el centurión
le dijo a Jesús que no necesitaba ir. Todo lo que Jesús tenía que hacer era
hablar las palabras y el siervo sería sanado.
Este centurión poseía una excelente
comprensión de la autoridad debido a su trasfondo militar.
Cuando sus oficiales superiores le decían que hiciera algo, él sabía que estaba
obligado a hacerlo. Y él confiaba que si Jesús ordenaba a la enfermedad que
dejara el cuerpo de su siervo, esta tendría que irse.
En vez de respetar a aquellos en liderazgo, nuestra
cultura moderna tiende más a desafiar, cuestionar o ignorar a los líderes.
No siempre podremos respetar los valores y estilos de
vida de los líderes humanos, pero se nos ordena tratarlos con respeto,
comenzando con nuestros padres y continuando el resto de nuestras vidas (Efesios
6:1-3; Romanos
13:1-3; Mateo
28:18; 1
Pedro 2:13-16; 1
Pedro 5:5; Tito
3:1).
Nunca debemos obedecer
mandamientos que no sean de Dios (Hechos
4:1-21; Hechos
5:27-29).
Pero nuestra actitud hacia la autoridad terrenal es un reflejo de nuestro
respeto o falta de respeto por la autoridad de los mandamientos de Dios.
El centurión en Mateo 8 sorprendió a
Cristo.
Entonces hagamos lo mismo respetando la autoridad de Dios en cada área de
nuestras vidas, ya sea que Él elija sanarnos y liberarnos de las circunstancias
difíciles o ayudarnos a soportar esas dificultades para Sus propósitos.
Inglés: Do You Respect Christ's Authority?