Disfruto mirando los viejos shows de Perry Mason porque
el chico mal siempre confesaba al final del juicio.
Sería lindo que eso fuera cierto en la vida real, pero no lo es.
Hay veces cuando la gente miente para evitar herir
a alguien, pero la mayoría de las mentiras son egoístas. La gente miente para
parecer Buenos, para evitar responsabilidades, y obtener cosas que no merecen.
Las mentiras también se usan para difamar a las personas y dañar su reputación.
Las personas no solo mienten a otros, también se
mienten a sí mismos, excusando y negando sus pecados. ¡Algunos incluso
mienten sobre mentir!
El pasaje que sigue explica lo serio que es cuando
mentimos sobre nuestros pecados:
“ Si afirmamos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si
confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos
limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y
su palabra no está en nosotros.” (1 Juan 1:8-10).
Entonces, pidámosle a Dios que nos ayude a identificar cualquier autoengaño en
nuestro corazón para que podamos confesar nuestros pecados honestamente.
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