Algunas personas son talentosos cantantes y músicos. Otros no. Y la mayoría de
nosotros estamos en algún lugar entre medio. Pero eso realmente no importa
porque cantar alabanzas a Dios es bueno para nuestras almas.
Muchos de los
salmos nos alientan a cantar al Señor, y eso no debería limitarse a los cultos
de adoración.
Tenemos tanto
por lo que cantar: un Dios que nos ha redimido de la muerte, quien diariamente
lleva nuestras cargas, quien nos consuela en nuestro dolor, quien nos guía en
Su sabiduría (Juan 3:16; Salmo 68:19; 2 Corintios
1:3-4; Proverbios 3:5-6).
A veces
deberíamos cantar audiblemente, pero también podemos hacer música en nuestros
corazones sin cantar ni una palabra en voz alta.
“Canten y alaben al Señor con el corazón.” Efesios 5:18-20
Entonces
mañana de mañana cuando te despiertes, ¿por qué no “hacer música en tu corazón”
recordándote a ti mismo las muchas maneras en que Dios te ha mostrado Su amor,
empezando por tu salvación?
Luego, antes
de dormir, ¿por qué no hacer “música en tu corazón” recordándote las maneras en
que Dios te ha acompañado a través de pruebas y tentaciones?
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