En Sus instrucciones finales en la tierra, Cristo
nos dejó una misión:
“Jesús se acercó entonces a ellos y
les dijo: -Se me ha dado toda autoridad en el
cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con
ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” Mateo 28:18-20
Si las
personas reciben buenas noticias, es natural que quieran compartirlas con
otros. Y nosotros tenemos la mejor noticia de todas. Entendemos los justos juicios de Dios y Su maravillosa misericordia. Y porque “sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos” (2 Corintios 5:11).
Cuando la
iglesia primitiva vivía en el temor del Señor, “iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu
Santo”. (Hechos 9:31).
Eso no
significa que su mensaje fuera popular con la mayoría, y no significa que
nuestro mensaje sea popular con la mayoría. Pero los que buscan
de verdad escucharán y responderán.
¿Temes al
Señor lo suficiente como para compartir la buena noticia con otros?
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¿Qué es el temor del Señor?
Es un tipo de temor positivo, una reverencia, respeto y honor que solo
Dios merece. Cuando nos damos cuenta que no podemos entender cuán ancho,
largo, alto y profundo es Su amor, no podemos evitar desarrollar este temor
saludable. (Efesios 3:16-19).
Inglés: Why God-Fearers Share the Lord with Others
Traducido por: Silvia Naviliat
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